El movimiento feminista ha sacudido nuestro país en los últimos años. Las huelgas del 8M de 2018 y 2019 fueron históricas y motivaron convocatorias parecidas por todo el mundo. Las mujeres reclaman su espacio con voz propia y tienen propuestas e ideas para mejorar no sólo su situación particular, sino la de todo el municipio: Rosa García-Zarco aspira a representarlas en el Ayuntamiento.
Nacida en 1956, Rosa García-Zarco es una activista feminista y vecina de Alcorcón, aunque bien podría ser cualquiera de las millones de personas que salieron a la calle, hace un año y hace apenas unos meses, el día 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora. En movilizaciones multitudinarias e históricas, las mujeres han exigido una agenda de cambio y han sido capaces de arrastrar con ellas a grandes sectores de la sociedad. La candidatura de Ganar Alcorcón, marcadamente feminista, cuenta con la energía y el ímpetu de todas ellas y, en particular, de Rosa.
Para Rosa, el feminismo va mucho más allá del 8 de Marzo: es un movimiento de transformación profunda, que reivindica los derechos de las mujeres, pero que también aspira a un nuevo modelo de sociedad, más justo y equitativo. En ese proyecto, por ejemplo, la vivienda juega un papel fundamental: Rosa trabaja en política para que ésta no se base sólo en solidaridad y declaraciones vacías, sino en medidas concretas que permitan, por ejemplo, garantizar el derecho a una vivienda digna. Otro factor fundamental en este proyecto es el ecologismo, por lo que espera, mediante su activismo y su trabajo en el pleno y el Ayuntamiento, hacer de Alcorcón una ciudad más justa, próspera y sostenible.
Mención aparte merecen, por desgracia, la violencia machista y los discursos del odio, que no sólo sufren las mujeres sino también colectivos como el LGTB o los inmigrantes. Esta lacra, que asola Alcorcón, al igual que el resto de España, sólo puede combatirse con una acción conjunta desde las organizaciones sociales y la educación, y desde las instituciones, que, por desgracia, no han estado a la altura en nuestra ciudad, gobernada por un misógino confeso como David Pérez.
Frente al modelo excluyente y discriminatorio del actual equipo del Ayuntamiento, Rosa apuesta por unas instituciones municipales igualitarias y basadas en el principio de la transversalidad. La agenda política, que ya está en la calle, debe dar el salto a las instituciones para trabajar por la igualdad real, no sólo entre hombres y mujeres sino también de cara a otros colectivos discriminados. Con esa idea clara en mente se sumó al Once de la Esperanza, que gracias a ella contará con una importante y fundamental representación feminista.
