El Once de la Esperanza: Raquel Juntas

Correos es un servicio público fundamental: bien lo sabe Raquel, que trabajó como cartera. Con el conocimiento de la comunidad que le ha ofrecido este empleo, está dispuesta y preparada para seguir sirviendo a los vecinos, ahora desde el Ayuntamiento.

Aunque muchos no somos conscientes de su importancia, el Servicio Postal Universal, gestionado por Correos, conecta y mantiene engrasada la maquinaria de la administración: a través de los carteros, nos llegan las citaciones, los certificados, comunicaciones oficiales… A muchos de ellos, después de años atendiéndonos, terminamos conociéndoles y desarrollando una relación de confianza y cercanía.

O, al menos, así solía ser hasta que la política de la dirección de Correos cambió y se encaminó hacia la privatización. Raquel Juntas ha sufrido ese proceso en su piel, como miles de carteros por todo el país: conoce perfectamente bien cómo se ha degradado este servicio público, y el perjuicio que eso ha causado tanto a los vecinos y usuarios como a los trabajadores de la empresa. Sus primeros pasos en la lucha se dieron desde el sindicato, defendiendo su empleo y el de sus compañeros, pero siempre ha sido consciente de que el SPU no era el único servicio público en peligro: por eso se ha sumado a la candidatura de Ganar Alcorcón.

Conoce a muchos vecinos y, por desgracia, las circunstancias de su empleo la han colocado a veces en situaciones difíciles: sabe bien lo que significa entregar un recibo de la luz a una familia que no puede pagarlo. Ha visto cómo la desigualdad social en nuestro país crecía, y cómo situaciones así se hacían peligrosamente frecuentes. Este problema la ha afectado tanto como trabajadora y como ciudadana, hasta que se ha sentido obligada a alzar la voz y denunciar la situación que se vive en su empresa y en muchos hogares de Alcorcón.

Para Raquel, ser parte del Once de la Esperanza significa poder llevar la lucha y reivindicaciones de muchas vecinas y vecinos al Ayuntamiento: de aquellos a los que ha entregado facturas que no podían pagar, y de aquellos que, como ella, sufren la privatización de Correos en sus puestos de trabajo, día a día. En su opinión, el cambio significa que sea el pueblo quien salve al pueblo, y está dispuesta a esforzarse al máximo para cumplir con esas expectativas, dando voz a muchas familias y ayudando a hacer de Alcorcón una ciudad más humana.  

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